martes, 23 de noviembre de 2010

Jabali




Jabalí, nombre que recibe una determinada especie de suido, perteneciente a la misma familia que el cerdo. El macho adulto del jabalí euroasiático recibe el nombre de verraco y las hembras adultas se llaman jabalinas o cerdas. El nombre de jabalí también se aplica a otras especies del mismo género que el euroasiático, y a otras pertenecientes a los géneros Phacochoerus, Potamochoerus e Hylochoerus. Además de en Asia central y meridional, el jabalí vive en casi toda Europa, excepto en Gran Bretaña, Irlanda, Islandia y Escandinavia (aunque hay algunos ejemplares introducidos en Suecia y Noruega). También se encuentra en el norte de África y ha sido introducido en los Estados Unidos.


El jabalí euroasiático es un animal robusto que mide entre 90 cm y 1,2 m a la altura de la cruz. El pelaje del jabalí es denso, de color negro-grisáceo y formado por un pelo corto y lanoso, entremezclado con cerdas duras que suelen formar una cresta a lo largo de la espina dorsal. Las crías, llamadas jabatos o rayones, son de color rojizo claro y presentan un dibujo característico de rayas longitudinales de pelo de color castaño claro. Los machos jabalí adultos tienen caninos largos: los de la mandíbula superior están curvados hacia arriba, y los caninos de la mandíbula inferior crecen hasta formar unos colmillos grandes que se vuelven también hacia arriba y que pueden medir 30 cm. El jabalí los utiliza para defenderse o para hozar en busca de alimento. El jabalí puede alcanzar los 20 años de edad en cautividad, pero lo normal es que en libertad sea de unos 10 ó 12 años como máximo. Aunque de mala vista ésta está compensada con un importante desarrollo del olfato y del oído. El olfato es un sentido muy desarrollado, de modo que le permite detectar alimento o enemigos a más de 100 metros de distancia, localizar trufas y otros vegetales y animales bajo tierra. El oído está también muy desarrollado y puede captar sonidos imperceptibles para el oído humano.
Los baños de barro desempeñan un importante papel en la ecología de la especie el jabalí, considerándose que tienen varias funciones. A sí: aseguran su regulación térmica, en cuanto que el jabalí no suda al tener las glándulas sudoríparas atrofiadas. De igual modo se ha considerado que los baños de barro tienen un importante papel en las relaciones sociales de la especie e incluso se ha descrito un papel en la selección sexual, de modo que si mientras en el verano usan las bañas de barro todos los jabalíes, sin distinciones de sexo ni edad, durante la época de celo parecen reservadas casi exclusivamente a los machos adultos, de modo que se ha considerado (Pedro Fernández-Llario, 2004), que estos baños pueden estar ligados a la persistencia de los olores corporales sobre un sustrato estable como el que el que proporciona una capa de barro adherida al pelo, sin olvidar las funciones de marca territorialista o incluso sanitarias que tienen para la especie los baños en barro.


El jabalí es un omnívoro que se alimenta de todo cuanto encuentra. Puede comer hierbas, raíces, tubérculos, frutos y bellotas caídas, así como toda clase de vegetales, setas, trufas, lombrices, insectos, caracoles, reptiles, huevos, aves y roedores, sin desechar tampoco la carroña. La dieta puede variar mucho según la estación y las regiones.


El jabalí se adapta a todo tipo de hábitats siempre que disponga de una mínima cobertura y alimento (acuden mucho a los chaparros par la bellota), aunque prefiere los lugares con una vegetación alta donde poder camuflarse (carrasca, aulagas, junqueras, espinos...), y dónde abunde el agua (para beber, revolcarse en el lodo o el barro y regular su temperatura). Sus hábitats predilectos son los encinares y los macizos forestales caducifolios o mixtos, sobre todo si están poco visitados y su nivel inferior es rico en maleza, zarzas y espinos donde pueda revolcarse en seco y al abrigo del viento. Pero también se encuentra al jabalí en el matorral mediterráneo (maquia) y marismas, sin desdeñar las áreas de cultivo, siempre que mantengan una mínima cobertura de arbolado o arbustos donde protegerse. En caso necesario, nada bien y durante mucho tiempo. Soporta fácilmente los rigores del invierno gracias a su pelaje y dura capa de piel lo que le permite permanecer en invierno en la zona de alta-media montaña sin mayores problemas que los derivados de la falta de alimentos. Tambien se encuentra en el callejón de los haticos

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